El emprendedor local había sido llevado a juicio por la figura de «cohecho activo» en el marco de la causa Revelación.

Durante todo el juicio oral y público, Martín Castillo y su defensa negaron las acusaciones que se le enrostró y, convencidos de su inocencia, se negaron a aceptar el beneficio de la suspensión del juicio a prueba a cambio de alguna reparación económica consistente en hacer obras de bien público como ocurrió con otros empresarios del rubro que utilizaron ese mecanismo.

La semana pasada la cámara penal dispuso la absolución por el beneficio de la duda, es decir que para el tribunal de apelación no estaba claro lo que se había resuelto en el juicio.

La abogada del empresario, Valeria Corbacho, valoró el temple que tuvo su cliente al enfrentar todo el proceso y no claudicar.

«Es muy difícil luchar contra el sistema, y Martín Castillo lo hizo» subrayó la abogada.

Corbacho no tiene ninguna duda que Castillo fue injustamente acusado y agregó que no cualquiera está dispuesto a seguir pregonando su inocencia descartando posibles atajos legales, aunque eso implique usar muchos recursos económicos propios y disponer de tiempo para transitar los largos pasillos de tribunales.

Para la letrada este caso como otros tantos dejan a la luz el gran problema que tiene nuestro país que es la falta de seguridad jurídica.

Y recordó que en temas emblemáticos como estos, el simple hecho de estar participando en un proceso penal es estar condenado, al menos para la opinión pública.