Se produce por efectos de las corrientes que con dirección de sur a norte, castigan la zona costera en playas de mar abierto.
En esa definición se explica que sobre las primeras décadas del siglo pasado hayan desaparecido las construcciones más antiguas de lo que era la primera fila de Playa Unión, que fue devorada por el mar.
Así lo recordó en diálogo con Radio Chubut Alejandro Monti, doctor en Ciencias Geológicas, especialista en administración de zonas costeras.
Respecto al lugar de erosión más pronunciado que se ubica en Playa Unión en cercanías de la «plaza de los inmigrantes», donde el mar llegó hasta el murete costero y lo destruyó socavando la senda peatonal, Monti explicó que el lugar de impacto tiene que ver con la construcción de las escolleras de abrigo de Puerto Rawson que corrieron la corriente a ese punto.
La única forma que queda para evitar esa circunstancia es la creación de escolleras perpendiculares a la costa aunque el efecto será puntual porque siempre el impacto sobre la costa existirá y lo único que se podría hacer es derivarlo más al norte.
Más preocupante aún es la situación de Playa Magagna, cuyas construcciones se realizaron en una zona costera muy frágil y por eso los gaviones que se construyeron para contener el avance fueron destruidos por el mar.
«Eso es el jamón del sandwich» dijo el director de IGEOPAT respecto a Magagna porque tiene por un lado la inevitable erosión marina y por el oeste la posibilidad de derrumbe por el otro, ya que está construida sobre la barda.
De paso recordó que la zona de costa era mucho mayor hace siglos, coincidente con la restinga que se ve cuando baja la marea y deja expuesta toda la zona rocosa que alguna vez fue tierra firme y ahora está inundada.
Pidió que cuando se intente dar respuesta a la especulación inmobiliaria, se mire con la perspectiva del mar porque de lo contrario después aparecerán los lamentos y se reclamarán soluciones que se presenten como muy caras y de una efectividad relativa.
También recordó que toda la zona de Rawson, Playa Unión y hasta las lagunas que hoy se conocen como «el salitral» eran una activa bahía de mar que podría volver a serlo si el pelo de agua crece por efecto del calentamiento global.