El jefe de los fiscales de Comodoro Rivadavia, Juan Carlos Caperochipi, aseguró que «la desaparición de las vacunas que se produjo en el área programática de salud de esta ciudad no puede ser tomado como un hurto simple que tiene una baja condena y estamos analizando calificarlo como hurto calamitoso».

«Tenemos que tener en cuenta que acá hay una pandemia donde se muere gente, es una calamidad que muy probablemente tendremos por mucho tiempo y si alguien sacó dosis que son vitales para fines que estamos investigando está poniendo en riesgo la vida de personas que lo necesitan» sostuvo en conferencia de prensa brindada hoy en esa ciudad del sur de Chubut.

El fiscal insistió con que «este es un hecho grave porque el bien jurídico que se afecta no es solo la propiedad sino la cuestión de salud y seguridad de las personas porque se trata de un remedio en situación de calamidad en donde se conjuga además con la escasez de partidas que le da al ilícito una mayor gravedad y sus consecuencias potenciales».

El funcionario judicial compartió junto con el ministro de seguridad del Chubut, Federico Massoni y el jefe de la brigada de investigaciones de Comodoro Rivadavia Comisario Pablo Lobos, una conferencia de prensa donde se confirmó el diligenciamiento de 18 allanamientos donde se secuestraron celulares y otros elementos, aunque no se encontraron las dosis buscadas.

Caperochipi no descartó que exista un «mercado negro» de las vacunas, donde se extraen para venderla luego a quien por desesperación quiera comprarla, aunque advirtió a la población que «quien compra un elemento mal habido tiene que tener en cuenta también que está cometiendo un delito.

Durante la exposición el jefe de la brigada de investigaciones de la policía, Pablo Lobos, detalló que «el hurto se produce entre el 26 y 27 de Enero pero la denuncia se realizó recién el 8 de Febrero, con lo cual existieron muchos días que también es motivo de investigación sobre por qué la demora».

Se trata de 30 dosis de la vacuna Sputnik V para la segunda dosis que fueron extraídas de un vacunatorio en una sala del hospital regional de Comodoro Rivadavia.

Los 18 allanamientos practicados fueron a empleados públicos vinculados con el área de salud: enfermeros, mucamas y personal de seguridad privado destacados en el edificio.

El ministro de seguridad del Chubut, Federico Massoni, reconoció que las imágenes que tomaron las cámaras de seguridad «lamentablemente no sirven para la investigación» porque la capacidad de memoria es hasta de 4 días.

Prometió sin embargo colocar a esas cámaras en línea con el centro de monitoreo para que, de aquí en más al menos, exista una vigilancia mayor sobre las dosis de vacunas teniendo en cuenta que «también va en ello la credibilidad hacia futuras dosis que se reciban respecto a que están a resguardo incluso colocando policías como custodia si fuera necesario».