Castro Blanco describió el encuentro en la calle que tuvo en Gaiman con Galende en noviembre del 2021, que incluyó una airada discusión pero no más que eso.

Según el empresario, el abogado se presentó en el hospital fingiendo dolores por golpes que jamás ocurrieron, tras lo cual radicó la denuncia.

La causa llegó a juicio oral en la que el juez interviniente declaró la inexistencia de la agresión denunciada, toda vez que los testigos fueron entrando en contradicciones y ninguno pudo sostener la supuesta agresión.

Carlos Castro Blanco explicó que en cada paso que se daba, durante estos cuatro años, aparecían dos veteranos abogados que sugerían el arreglo económico como forma de que todo se pare, en lo que interpretó como una maquinaria extorsiva que utiliza el fuero penal para amedrentar.

«Hace 3 años me pedían 12 millones de pesos para parar todo» recordó Castro Blanco, lo que hoy, equiparaciones mediante, serían no menos de 50 millones.

Los abogados querellantes señalados por Castro Blanco fueron Hugo Arnaldo Barone y Alfredo Pérez Galimberti, quienes actuaron como querellantes.

Esos letrados presentaron una impugnación extraordinaria ante el Superior Tribunal de Justicia que fue desestimado la semana pasada por la corte provincial.