
El dirigente reconoció que ya no saben qué hacer porque el dueño de la empresa, Sebastián Santiago, con quien tienen comunicación casi a diario, les dice que quiere seguir produciendo y busca plata para financiar el emprendimiento, pero la deuda salarial jamás se cubre y aumenta con el paso del tiempo.
Sajama reconoció que en promedio la deuda es de unos 4 millones de pesos por cada obrero.
A todo esto se agrega que le quitaron el registro tributario, con lo que los trabajadores no tienen aportes, no pueden cobrar ningún tipo de asignación ni tampoco tienen acceso a la obra social.
«Es desesperante» dijo Sajama, quien advirtió que esto durará cuánto mucho hasta fin de mes, cuando tomen directamente la planta para que esta agonía termine.
