González recordó que ninguno de los robos fueron esclarecidos, a pesar de haberse perpetrado en pleno centro de Trelew y a la luz del día.
«Todos me dicen que no pueden hacer más» dijo resignado González, quien consideró que el gran problema es la impericia.
Indicó que tras los robos la policía a la hora de hacer las actuaciones se dedican a preguntarle el nombre del padre y la madre mientras los ladrones se escapan.
Por lo demás, todo se resume a un trámite administrativo que termina en el archivo de la causa.
Lo insólito además es que, mirando las cámaras, los agentes de la brigada lo identifican porque son viejos conocidos pero que ingresan a la policía y salen a las pocas horas.
El episodio más dramático lo vivió hace un mes cuando cuatro delincuentes ingresaron a la vivienda donde estaba su hija de 13 años, que de milagro no le pasó nada.
El más reciente de los robos fue la semana pasada cuando los mismos delincuentes que le habían robado la llave de su camioneta, se terminaron llevando el vehículo frente al comercio, en Mitre y 25 de Mayo, pleno centro de Trelew.