En el largo proceso, el abogado defensor de los imputados llegó a pedirle el ADN de las chivas a los acusadores, como prueba de identidad.
Así lo explicó, en diálogo con Radio Chubut, Estela Luengo, en representación del campo damnificado.
Luengo se mostró contrariada porque tras la denuncia, la justicia tardó un año en dictar el allanamiento y luego se tomó otros tres en el desarrollo de la causa que quedó en la nada.
«No nos creyeron nunca, a pesar de todas las pruebas que le llevamos pero sí le creyeron a los otros» dijo indienaga la pobladora rural.