El ex funcionario provincial durante el gobierno de Mario Das Neves, Gonzálo Carpintero Patterson, cruzó un semáforo en rojo en la intersección de las calles Capitán Murga y Belgrano, en inmediaciones del barrio San Benito.

Producto del terrible accidente resultaron con heridas de distinta consideración los cuatro integrantes del vehículo chocado, todos integrantes de una misma familia.

El episodio fue relatado por Florencia Sandoval, cuya madre, abuela, sobrino y tío iban en el vehículo que fue impactado sobre uno de los laterales.

La madre, identificada como Mónica Fernández, de 57 años, sufrió la quebradura de los dedos de una mano, 2 costillas rotas y golpes en distintas partes del cuerpo.

En el hospital se aprestaban a primera hora de hoy a operar a Mónica pero era tal el estado de nerviosismo que tenía producto del shock que se demoraba su ingreso al quirófano.

A su vez el conductor del rodado accidentado, Marcos Fernández de alrededor de 50 años, sufrió tal conmoción que, habiendo pasado más de 6 horas del accidente, todavía no había recuperado la memoria y preguntaba qué había pasado.

En el habitáculo también viajaba Nélida Fernández, de 77 años y un niño de 6, abuela y sobrino de Florencia, quienes resultaron ilesos porque vieron llegar la camioneta y lograron refugiarse entre las butacas delanteras y el asiento de atrás.

La entrevistada describió que Gonzalo Carpintero ni siquiera se bajó del vehículo y esperó que llegara su abogado.
Personal policial le realizó el test de alcoholemia anoche a Carpintero que arrojó 1,75 y además dio positivo al testeo de drogas, según describió la afligida joven.

Florencia Sandoval se lamentó porque, según le adelantaron, al conductor lo iban a dejar en libertad a primera hora de hoy mientras su familia aún se repone de los daños físicos.

Agradeció a la gente que en ese momento estaba en la plaza próxima que se ofreció a testificar, le facilitaron teléfonos y lograron registrar con videos lo ocurrido.

La familia accidentada llegaba de un evento deportivo donde Marcos Fernández, quien conducía el rodado al que chocaron, terminaba de arbitrar su último partido porque se retiraba de esa actividad y de allí que todo su entorno lo acompañó.

«Somos una familia humilde que disfrutaba el momento» dijo también la entrevistada, casi como implorando que la justicia llegue a pesar de que quien conducía el otro rodado es una persona con recursos  económicos provenientes del sector pesquero.