
Así lo describió el concejal Omar Lattanzio, el único que no votó la prórroga de la concesión por interpretar que era un verdadero apriete de la concesionaria que hace 17 años viene prestando el servicio y bien podría haber tenido una actitud más flexible.
Renglón aparte fueron los requerimientos que se le imponen al estado municipal a pagar prácticamente de contado el subsidio.
Lattanzio recordó que la empresa estuvo cobrando montos multimillonarios en materia de subsidios inflando costos para cobrar más, con una indudable complicidad política del municipio.
Puso el ejemplo del aceite que fue puesto en el cálculo de gastos y que él lo advirtió a punto tal que en una de las tantas revisiones se enviaron valores mucho menores.
