«No tomamos alcohol, pura agua nomás, porque trabajamos desde que sale el sol hasta la noche» coincidieron en señalar.
Según los chacareros, cada vez que salen son detenidos por la policía que les hacen control de alcoholemia y dicen que da positivo, sin mostrar nunca el registro.
Más grave aún, según revelaron, es que los obligan a firmar las actas bajo amenaza que de otro modo irán presos o le quitarán los vehículos, como ya ocurrió.
Todo esto viene reforzado con comportamientos de un claro perfil racista, ya que su condición humilde y su tez oscura los policías se creen superiores en un medio rural donde no hay testigos.