
La licenciada en Ciencias Biológicas Mariela Toppazzini, integrante del Servicio del Manejo del Fuego (dependiente del Ministerio de Seguridad de la Nación), advirtió en diálogo con Radio Chubut, sobre las condiciones críticas generadas por la escasez de precipitaciones y el aumento de temperaturas extremas.
Toppazzini señaló que el invierno en Esquel y sus alrededores se caracterizó por una «escasez de precipitaciones y específicamente con ausencia prácticamente de nieve».
Aunque la primavera ha registrado lluvias cercanas a los valores normales, esta humedad inicial ha tenido un efecto secundario preocupante: «está provocando un aumento sustancial del pastizal, todo el combustible fino, que es el primero en secarse y estar disponible para el fuego», explicó la especialista.
Aclaró que el panorama actual es potencialmente más grave. «Estamos en una evolución sostenida de los últimos años de cada vez menos precipitaciones y más temperaturas, temperaturas extremas máximas más altas», indicó.
Esta tendencia sugiere que la vegetación disponible para arder podría generar «una situación más crítica» que la vivida anteriormente.
Ante la imposibilidad de controlar los factores meteorológicos, la experta enfatizó que la clave reside en la responsabilidad ciudadana. «Nosotros como ciudadanos tenemos mucha responsabilidad en el sentido de decir conservar nuestros espacios libres de vegetación si estamos en un lugar donde es necesario realizar podas o raleos», afirmó Toppazzini, destacando que estas acciones disminuyen el factor de peligro del combustible.
Finalmente, la licenciada abordó las consecuencias a largo plazo de los incendios forestales, más allá de la pérdida inmediata.
Subrayó que el fuego «rompe toda la cadena trófica» y altera el ecosistema, afectando principalmente la vegetación nativa. El cambio en las variables meteorológicas hace que, en muchos casos, los bosques nativos tengan «mucha dificultad para establecerse nuevamente», comprometiendo la recuperación ecológica por años.
