
Orellano reconoció que la orientación del viento ayudó a que tanto el aterrizaje como el despegue se produjeran sin dificultades.
El aeropuerto local, además, estuvo durante toda la jornada presto para recibir a los vuelos que, producto del temporal, no pudieron desembarcar en otras pistas, como el caso de Comodoro Rivadavia donde al menos un vuelo fue desviado.
De su experiencia como piloto, Orellano relató las circunstancias especiales que viven los conductores de las aeronaves cuando están aterrizando y las ráfagas de viento corren la trayectoria del aparato.
