Así lo expuso el intendente Héctor Ingram, por la herencia que recibió de la gestión de Ricardo Aleuy, que lo deja sin margen de maniobra económica a punto que todo lo que ingresa va destinado a sueldos.
Tras describir como «complicado» al panorama financiero que debe enfrentar con una «masa salarial muy alta», Ingram confió en la buena relación con el gobierno provincial como la salida más rápida a la difícil coyuntura.
El intendente reconoció que la primera relación con el nuevo Concejo Deliberante tuvo sus avatares, a punto tal que no pudieron sesionar por falta de quorum en la primera sesión y luego lograron el número indispensable para aprobar el presupuesto y la tarifaria.