
Así lo explicó, en diálogo con Radio Chubut, Fernando Álvarez Castellano, presidente de Conarpesa, la empresa que había dispuesto las dos embarcaciones que estaban arranchadas y listas para partir.
«Fue tal la agresión y las amenazas que recibieron los tripulantes que decidimos cancelar todo y dar por fracasado el inicio de la temporada» explicó.
Los marineros fueron convocados desde distintos puntos de la geografía nacional, desde Corrientes hasta la propia localidad de Puerto Madryn.
Álvarez Castellano recordó que los que llegaron hasta el muelle sabían que eran para embarcarse aceptando un acuerdo de pago entre partes, por fuera de lo que exige el SOMU.
El empresario recordó que ni bien llegaban al muelle, los marineros eran recibidos por un grupo de entre 30 y 40 militantes del sindicato que los agredían verbalmente con insultos y amenazas, pero la situación creció con mensajes telefónicos que incluían la imagen de un revólver y la advertencia que había una bala para quienes subieran a bordo.
Lo máximo fue el mensaje que les llegó a los marineros de Puerto Madryn con la imagen de la casa familiar y la advertencia de saber dónde vivían, con lo cual ponen en una situación límite a los marineros que, de salir, se van pensando que la familia queda en tierra expuesta a cualquier represalia.
El empresario se preguntó qué hubiera pasado si iban todos los barcos de su firma, con los 300 trabajadores convocados que seguramente no se dejarán amedrentar por los cincuenta que están en el muelle, lo que seguramente redundará «en una muerte que es lo que ellos quieren» advirtió.
Insistió con que es ilógico que un trabajador se esté perdiendo de ganar entre 10 y 15 millones de pesos mensuales y lo comparó con los médicos del Garrahan, que se queman las pestañas estudiando y van a trabajar con un sueldo que ni llega a la décima parte de lo que cobra un pescador.