El delito que se le imputó y por el cual fue sentenciado en primera instancia es «abuso sexual gravemente ultrajante doblemente agravado por el vínculo y el aprovechamiento de la convivencia».
La víctima resultó la hermana más chica del imputado que incluso era menor de edad cuando los hechos se produjeron.

Los pormenores se ventilaron en Puerto Madryn, y el fiscal en jefe de esa ciudad, Daniel Báez, reconoció que se trató de un caso donde surgieron las miserias humanas de una familia dividida, donde una mayoría le daba la razón al victimario defenestrando a la víctima, incluso la propia madre.

Báez sostuvo que fue vital el testimonio de la mujer en cámara Gesell donde respondió todas las preguntas tanto de la fiscalía como de la defensa y luego se realizaron los rigurosos test psicológicos que le dieron credibilidad a sus dichos.

Recordó que las penas por los cargos por los que se lo consideró culpable van de los 8 a 20 años y él apuntará a lo máximo.

Además, adelantó que este viernes requerirá que hable la víctima ante el tribunal que debe dictaminar sobre la condena, para lo cual ya tiene el consentimiento de la mujer.

El tribunal que debe resolver sobre el monto de la pena está integrado por las juezas Yamila Flores, Marcela Pérez Bogado y Patricia Susana Asaro.