Describió que, al intentar ir aguas arriba, se encontraron con un gran obstáculo a 6 km. que lograron superar a duras penas pero pudieron seguir unos 4 km más y fue imposible continuar.
Similar situación vivieron aguas abajo, por el mismo fenómeno de árboles que caen desde ambas márgenes.
James aclaró que el problema no es nuevo y lleva tantos años como el dique mismo, por lo que hace seis décadas que el inconveniente se viene agravando.
Considera que hay que hacer un trabajo integral y luego mantenerlo.
Es tanta la cantidad de árboles que se podrían aprovechar, que se abastecería con tranquilidad el plan calor a nivel provincial, estimó James.
De paso explicó los problemas que se dan por el crecimiento de la napa freática que, además, provoca inconvenientes en los pozos atmosféricos.