
«Estaba cruzando la calle y alguien me tironea por la espalda, pensé que era una broma, hasta que vi un cuchillo que asomaba al lado de mi cara» explicó la damnificada, quien pidió mantener en reserva la identidad.
La atacante, una mujer joven y excesivamente violenta, procuró sin éxito sacarle la cartera mientras intentaba apuñalar a su víctima totalmente «encarnizada pero no drogada» aclaró la comerciante agredida.
Como pudo, la víctima se defendió de los ataques a fuerza de patadas y manotazos, pero no evitó ser alcanzaba por varios puntazos que transformaron a la escena en un «baño de sangre».
De milagro, fue salvada por unos jóvenes que estaban en un gimnasio cercano, quienes escucharon sus gritos y lograron detener a la agresora.
Luego supieron que era una persona con tobillera, que estaba bajo prisión domiciliaria, a punto tal que una hermana concurría al lugar en su auxilio aunque no logró su rescate porque intervino la policía y la guardia urbana.

