El funcionario sostuvo que se trata de las incorporaciones y recategorizaciones de último momento que dictó el gobierno anterior y que están en revisión, ante la sospecha de que en esa tanda no solo hay agentes necesarios sino otros que entran en la categoría de «acomodados».

Wisky ejemplificó que «nos encontramos con casos en que la cocinera que está en un hospital tiene de pronto a alguien asignado en la cocina, que ella no pidió y que encima no sabe pelar una papa o uno asignado a mantenimiento que no sabe agarrar una pala».

El funcionario realizó una extensa gira por los hospitales del interior, todos con deficiencias y una situación que no merece un puntaje mayor a 3 puntos, es decir que están lejos de la aprobación.

Reconoció que el sistema sanitario en el interior tiene una grave crisis de profesionales médicos, a punto tal que necesitarán entre 40 a 50 nuevos generalistas para que se compense la carencia en la ruralidad donde no hay médicos.

Definió al hospital de Trelew como «la nave insignia» del sistema de salud, para cuya inauguración trabajan, pero previo deben conseguir financiamiento para equiparlo.